Este proyecto consiste en una serie de fotografías de carros chocados que están en proceso de latonería y pintura. Estas marcas de colisiones, comunes en nuestro día a día, se suspenden en el tiempo para ser contempladas antes de que sus imperfecciones se cubran, antes de que la superficie sea reparada y maquillada para volverse uniforme y brillante. Así, se da una colisión entre la vivencia cotidiana práctica de la cultura tecnocrática y la lentitud sensual y contemplativa de la pintura.