El diablo probablemente, 2015

 

Colombia tiene una relación muy particular con el mal y con el diablo (y con la violencia), la mezcla de culturas que dio origen a la sociedad de hoy tiene todo un trasfondo simbólico que lleva a pensar las distintas situaciones desde imágenes religiosas. Además, en el país prima la sensación de que las verdaderas fuerzas nunca salen a la luz, de que hay una mano invisible que todo lo maneja. Y sobre todo, se impone la percepción de que nadie es el verdadero responsable, de que siempre hay una trama de situaciones que excusa o explica cualquier acción.

La exposición invita a espiar, a correr las cortinas, a reconocer cómo mirar tiene que ver con una curiosidad perversa, cómo la belleza está ligada con el deseo, con la maldad y la muerte. Cada uno de los artistas crea un ambiente, es un personaje que enfrenta al público a la escena de un crimen. Al entrar en cada una de las habitaciones, el visitante ha de jugar el rol de un investigador, de perseguidor o de perseguido. Y al buscar, ha de notar que el diablo anda por ahí, y que en los ojos menos pensados podemos ver, detrás de las pupilas, el humo de un cigarro encendido.

Si agudiza bien los oídos, podrá notar cómo, de música fondo tras todo ese ruido, se pueden escuchar risas.

Curador: Alejandro Martín Maldonado

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